April 8, 2014

LA GESTIÓN DE CALIDAD TOTAL Y LOS PROYECTOS


Continuando con la secuencia respecto de aspectos estratégicos de gestión de proyectos, en este artículo trataremos elementos de la Gestión de Calidad Total.  Como comentamos en un artículo el año pasado, la Gestión de Calidad Total o TQM, en conformidad con sus siglas en inglés (Total Quality Management), nos aporta un concepto global de la manera en que debemos enfocar y desarrollar nuestra actividad en pos de satisfacer, no tan sólo las necesidades de nuestros clientes, sino que también sus expectativas, las que pueden ser explícitas o incluso implícitas; y como comentábamos en la ocasión, esta herramienta nos permitirá aumentar nuestra ventaja competitiva.
El PMBOK® hace una referencia, a mi entender, algo egoísta respecto del TQM.  En efecto, sólo la menciona en la introducción del área de Gestión de Calidad y la circunscribe al concepto de “mejora continua”; no obstante el TQM tiene un alcance mucho más amplio y profundo.  Son varios los elementos que forman parte de este concepto, los cuales comparte con otros conceptos o filosofías de calidad, y también son varios los puntos de vista respecto de cuáles son específicamente los elementos que la componen.  Sin necesariamente adscribirnos a alguno de los propulsores o investigadores en particular, podemos mencionar los siguientes conceptos componentes:
1.     Como el término lo indica, Calidad Total, se preocupa no tan sólo del entregable, sino que también toma en consideración todas las actividades de la organización, es decir, que incluye dentro del concepto y alcance de la calidad, actividades de gestión y apoyo a la producción y operaciones.
2.     Incluye el concepto de mejora continua, es decir, en cada momento y en cada actividad buscaremos la forma de mejorar nuestra eficiencia y efectividad en términos amplios.  Para entender el alcance de estos “términos amplios”, mencionaremos los principios más importantes que la componen:

i)               Compromiso de la dirección.  Es importante, tal y como lo establece la normar ISO 9001:2008 que la dirección lidere el proceso de la gestión de la calidad definiendo los objetivos y políticas de calidad que regirán las actividades de la empresa.
ii)              Empoderamiento del personal.  Las personas dentro de la empresa deben sentirse identificadas con los resultados de la calidad en sus actividades dando la oportunidad de sentirse parte del resultado.
iii)            Enfoque en el cliente.  La empresa y los proyectos se enfocarán en la satisfacción de las expectativas de los clientes y no tan sólo en los requerimientos, esto nos lleva por ejemplo al concepto de la calidad del servicio, que sin necesidad de aumentar nuestros costos o alcances, podemos mejorar la experiencia del cliente en función de un adecuado cumplimiento a aspectos que están relacionados, por ejemplo, con la entrega de información oportuna, cumplimiento o mejora de los plazos, etc.
iv)             Mejora continua.  En el fondo implica que debemos de buscar la mejora en forma constante, como una manera de desarrollar nuestras actividades; siempre buscando la mejor forma de realizar nuestras actividades y productos, disminución de los plazos, disminución de los costos, y en general aumento de la eficiencia y eficacia de nuestras actividades.

3.     Las principales herramientas utilizadas en TQM, comentadas de manera muy general, y que también son compartidas con otros sistemas, son las siguientes:

i)               Tormenta de ideas (Brainstorming): esta es una herramienta que permite el desarrollo de la imaginación a nivel de equipos de trabajo, para la resolución de problemas mediante la definición de ideas que pueden incluso considerarse en algunos casos como innovadoras.
ii)              Diagrama de Pareto o regla del 80/20: es una forma eficiente de optimizar nuestros procesos mediante la detección del 20% de las causas que tiene influencia sobre el 80% de los efectos.
iii)            Diagramas de dispersión: herramienta estadística que nos ayuda a representar y relacionar dos variables, a nivel de causa y efecto, en una relación lineal que utiliza el concepto de correlación estadística.
iv)             Diagramas de Control: corresponde a un gráfico de seguimiento del comportamiento de un proceso para el cual se definen límites de control en pos del cumplimiento de los límites de especificación.
v)              Diagramas de procesos o diagramas de flujo: nos ayuda a representar en forma gráfica y esquemática el funcionamiento de nuestros procesos de tal forma de poder entender y optimizar la implementación de nuestras actividades.
vi)             Diagrama de pescado o de Ishikawa: este diagrama nos mostrará de manera gráfica la relación de causa-efecto que puede existir entre múltiples variables o causas y un efecto.
vii)           Listas de chequeo o control: es una herramienta que nos ayudará a generar la estandarización en nuestras verificaciones, mediante la definición de los elementos clave que debemos tomar en consideración en nuestras actividades.

Los conceptos mencionados deben ser interpretados y aplicados en manera simultánea.  A estas alturas ya nos podemos preguntar: ¿y cómo calza esto con el PMBOK® y el área de conocimiento de la Gestión de Calidad?  Lo cierto es que calza en un 100%, dado que el TQM representa una filosofía organizada de cómo enfrentar nuestras actividades y el PMBOK® nos muestra un procedimiento específico de cómo enfocar nuestras actividades.  Es interesante destacar que ambos sistemas son perfectamente compatibles y complementarios, teniendo en consideración que ambos sistemas se centran en el concepto evolucionado de la calidad, es decir, que ya no es el “control” de calidad nuestra única preocupación, sino que también su “aseguramiento” y “planificación” de tal forma de buscar en nuestras actividades la mejora continua, es decir, la evolución de nuestros procesos en pos de satisfacer las expectativas de nuestros clientes.
 
Referencias:
1.      Project Management Institute. (2013) PMBOK, Fifth Edition. Newton Square, PA: Project Management Institute Inc.
2.      Webber, Larry & Wallace, Michael. (2007) Quality Control for Dummies.  Hoboken, NJ: Wily Publishing, Inc.

PMI y PMBOK son marca registrada del Project Management Institute, Inc.

LA GESTIÓN DE CONTRATOS Y UNA GESTIÓN EFICIENTE DE PROYECTOS


En el artículo anterior nos referimos a la Gestión de Proyectos como una herramienta estratégica para la dirección de nuestros emprendimientos.  Lo cierto es que no es la única herramienta estratégica y, adicionalmente, la Gestión de Proyectos debe ser complementada con otras herramientas de gestión, de tal forma de obtener los mejores y más competitivos resultados.  Dentro de estas herramientas de gestión complementarias se encuentra la Gestión de Contratos.  La gestión de contratos puede tener varios enfoques: operativo, administrativo o contractual.  Cualquiera sea el énfasis que le demos, siempre cumplirá un papel fundamental en el logro de nuestros objetivos.
Con justa razón no podemos plantear la pregunta de por qué considerar a la gestión de contratos como una herramienta estratégica.  Las razones son varias y trataremos algunas de ellas a continuación:
Ø  Los contratos establecen y definen los derechos y obligaciones de las partes (contratante y contratado) en función de un determinado alcance.
Ø  Los contratos establecen la manera de cómo las partes se relacionarán durante la ejecución del alcance definido para el contrato.  Se establece la forma operativa de cómo las partes van a interactuar dentro de su relación contractual.
Ø  Los contratos definen el nivel o grado de riesgo que es asignado para cada una de las partes con objeto de la materialización del servicio o alcance.
Ø  Se definirá el nivel de diligencia que el contratista debe aplicar en su actuar durante la materialización del servicio o alcance.
Ø  Definen y establecen los marcos legales aplicables a la implementación del contrato y su interpretación.
Existe gran variedad de otros elementos que se tratan dentro de un contrato, no obstante los indicados en la lista precedente podrían considerarse como los más relevantes en cuanto a su nivel de concepto e influencia sobre el resto de los elementos.
Al dar una mirada a los elementos listados, podemos observar que todos son de nivel estratégico, es decir, tienen relación con conceptos de gestión que las partes deben tener definidos dentro de sus políticas de empresa y esto, naturalmente, tiene relación con el cumplimiento de los objetivos que las empresas plantean para su desarrollo y proyección.  Por tanto, cuando establecemos un contrato, lo debemos hacer teniendo presente que su operación tendrá directa influencia o repercusión sobre los valores y anhelos de nuestra organización.
Entonces, cuando podemos percibir el grado de importancia que cada contrato tendrá para nuestra organización, surge como consecuencia natural que deberemos de actuar en forma proactiva y preventiva durante la negociación, implementación y cierre de cualquier contrato.
Para cumplir con este último objetivo señalado entonces deberemos de implementar un sistema que nos permita alcanzar tal propósito y es en este punto en donde aparece la gestión de contratos como la herramienta adecuada y necesaria.  La gestión de contratos entonces se preocupará que la implementación de los contratos de nuestra organización, ya sea en el papel de contratante o contratado, sean implementados manteniendo un alineamiento con los objetivos y políticas de la organización.
En el contexto de la estandarización del PMBOK® a cualquier tipo de proyecto, el PMI® tiene esta actividad de Gestión de Contratos como parte de la Gestión de Adquisiciones, sin embargo, parece razonable y necesario aumentar el nivel de importancia de esta área de gestión que es relevante dentro de la industria de la construcción.  Esta opinión se puede respaldar incluso mencionando que la Gestión de Contratos tiene su equivalente al PMBOK, es decir, su propio “cuerpo de conocimiento” que es publicado por el organismo estadounidense “National Contract Management Association” (NCMA) en su estándar “Contract Management Body of Knowledge” (CMBOK), que ya está en su cuarta edición.  Este último documento establece los procesos y elementos que son aplicables a la gestión de contratos en todas sus fases desde su concepción hasta el cierre.
Así por ejemplo, en el CMBOK en su tercera edición, establece que las principales áreas de conocimiento para la gestión de contratos son:
1.     Pre-Adjudicación
2.     Estrategia y Planificación de la Adquisición
3.     Post-Adjudicación
Estas áreas se caracterizan en términos generales por:
Pre-adjudicación: definición de las estructuras y marcos contractuales, leyes y normas aplicables, y principios de contratación para la formación de los contratos.
Estrategia y Planificación de la Adquisición: planificación y metodologías para la adquisición, negociación y adjudicación de contratos.
Post-Adjudicación: administración de contratos, manejo de cambios, gestión de subcontratos, administración de la propiedad, disputas y cierre de contratos.
Como conclusión podemos decir que la Gestión de Proyectos es crucial para el éxito de los proyectos, no obstante el éxito de los proyectos también dependerá en forma significativa del resultado de nuestra gestión de los contratos.


Referencias:
1.      Project Management Institute. (2013) PMBOK, Fifth Edition. Newton Square, PA: Project Management Institute Inc.
2.      National Contract Management Association. (2011) CMBOK, Third Edition.  Ashburn, VA: National Contract Management Association


PMI y PMBOK son marca registrada del Project Management Institute, Inc.

LA GESTIÓN DE PROYECTOS UNA HERRAMIENTA ESTRATEGICA PARA LA DIRECCIÓN DE NUESTRO NEGOCIO


Cuando hablamos de “dirección estratégica”, estamos hablando de definiciones de “alto nivel” que nos plantean los objetivos y metas que deseamos alcanzar en nuestra actividad.  En muchas ocasiones por ser elementos de alto nivel, se quedan sólo en la definición y no son traspasados en forma práctica a nuestras actividades del día a día, quedando como enunciados ideales que se colocan en algún cuadro colgado de un muro a la entrada de nuestra oficina.  Pero lo cierto es que el manejo y aplicación operativos de estos enunciados nos pueden ayudar en forma gravitante al cumplimiento de nuestros objetivos.  Para colocar este concepto dentro de contexto, podemos decir que la dirección estratégica es aquella gestión del ámbito general, que nos permite definir conceptos fundamentales en pos de alcanzar los objetivos de largo plazo que planteemos para nuestra organización.  La bibliografía es variada al respecto, pero podemos decir que la dirección estratégica de cualquier emprendimiento requiere de la definición de los elementos que permitan el enfoque de los esfuerzos; en nuestro caso, consideraremos que los elementos principales de la dirección estratégicas serán: la Visión, la Misión y las Estrategias.
La Visión comprenderá la determinación del ideal que esperamos alcanzar, es el sueño que deseamos se cumpla en el largo plazo con el desarrollo de nuestra actividad.  La visión está definida en términos amplios de tal forma de no limitar nuestro sueño.  Para la materialización de nuestro sueño requeriremos de la definición de metas u objetivos intermedios tendientes a cumplir con nuestra visión, a estas metas y objetivos intermedios los denominaremos Misión.  De esta forma, nuestra Misión serán nuestros objetivos y metas de mediano plazo, que apuntarán hacia el logro de la visión.  La misión serán objetivos concretos, medibles y en la medida que los vayamos cumpliendo, los renovaremos en forma continua siguiendo la dirección que nos fija la visión.  Pero para el cumplimiento de estos objetivos concretos requeriremos de la implementación de pasos específicos tendientes a su materialización, a estos pasos les denominaremos estrategias, que corresponderán a la definición de objetivos medibles de corto plazo.  La pregunta natural será, cómo hacemos para que estos conceptos se materialicen en nuestras actividades del día a día, cómo hacemos para que el trabajador que está en un frente de producción efectivamente contribuya a nuestra visión...  y es en este punto en donde entran los proyectos y la Gestión de Proyectos, como una de las tantas alternativas de implementación de actividades concretas a desarrollar dentro de nuestra empresa.
Entonces para colocar la gestión de proyectos dentro del contexto de la dirección estratégica que estamos revisando, vamos seguir con el desarrollo del concepto que traíamos de las definiciones de los elementos de alto nivel y continuaremos hasta llegar a las actividades del día a día.  Para ello nos apoyaremos en la Gestión de Proyectos que nos propone el Project Management Institute (PMI)®, a través de su estándar de la Guía de los Fundamentos para la Dirección de Proyectos, conocido como Guía del PMBOK®, por sus siglas en inglés.  Entonces podemos decir que la Gestión de Proyectos, según se describe en el PMBOK® será una de las estrategias que podremos implementar en nuestra organización, la incorporación de este sistema de gestión nos permitirá definir metas concretas de corto plazo para las diferentes áreas de gestión del conocimiento que se plantean el PMBOK®, convirtiendo de esta forma a los planes que debemos desarrollar para su implementación en las tácticas y procesos específicos que guiarán nuestras actividades del día a día enfocadas en la definición de nuestra visión de empresa.
Sólo nos falta un elemento para dar forma definitiva esta vía para la materialización de nuestras aspiraciones y se refiera a la incorporación del sistema valórico y de principios sobre el cual fundaremos nuestras actividades, y esto se refiere a la definición de las políticas de empresa que plasmarán en forma explícita la manera y conceptos específicos sobre los cuales desarrollaremos nuestras actividades.
Podemos resumir la estructura planteada según lo siguiente:
1.     Visión.  Definición del sueño que perseguimos en nuestro negocio, definición amplia respecto de nuestra meta del largo plazo.
2.     Misión.  Definición de metas específicas y concretas tendientes al cumplimiento de nuestra visión.  Se renuevan y aumentan su nivel de exigencia en la medida que alcanzamos los objetivos definidos para períodos dentro del mediano plazo.
3.     Estrategias.  Pasos y medidas concretas para cumplir nuestras metas definidas en la misión.  En el desarrollo de nuestra empresa utilizaremos proyectos como parte de nuestra planificación estratégica, por tanto parte de esta estrategia se complementará con la implementación de un sistema de gestión que optimice nuestros proyectos.  Esto será la implementación de la gestión de proyectos según el PMBOK®.  Plantearemos metas concretas para cada una de las áreas de conocimiento de la dirección de proyectos enfocadas en la misión.
4.     Planes y procedimientos.  Para el cumplimiento de nuestra estrategia, implementaremos tácticas específicas que serán los planes, procesos y procedimientos para realizar nuestras actividades en el día a día; enfocados, a través de la definición e implementación coherente de la estructura descrita, en el cumplimiento de nuestra visión como objetivo del largo plazo.
El sistema descrito, podría representar una herramienta poderosa para cumplir con nuestra visión de empresa o negocio, en el largo plazo y en una forma concreta, medible, perfectamente aplicable y al alcance de todos quienes colaboran con nuestro ideal.

 
Referencias:
1. Steve Arneson. (2010) Bootstrap Leadership—50 Ways to Break Out, Take Charge, and Move Up.  San Francisco, CA: Berrett-Koehler Publishers, Inc. Chapter 10. (E-Edition)
2. Project Management Institute. (2013) PMBOK, Fifth Edition. Newton Square, PA: Project Management Institute Inc.

PMI y PMBOK son marca registrada del Project Management Institute, Inc.

VENTAJA COMPETITIVA EN LA CONSTRUCCION (Parte III)


En forma progresiva hemos revisado la idea de generar ventajas competitivas para nuestro proyecto o empresa mediante la implementación de la Gestión de Proyectos y Gestión de Calidad Total, las que deberían de permitir la existencia de condiciones estratégicas para la implementación de un sistema operacional y funcional, actuando a modo de un sistema nervioso central para la implementación de la Gestión de Riesgos y Gestión Contractual que nos posibilitarían la movilidad coherente en el cumplimiento de los objetivos de la empresa… a esta estructura hemos agregado en el resumen del artículo anterior, la siguiente idea: “…y todos estos sistemas de gestión actuando en coordinación.”  Este último concepto es gravitante al momento de pensar en el funcionamiento orgánico de los sistemas presentados, dado que sin una adecuada coordinación y objetivo común pierden su efectividad, transformándose en ocasiones en un resultado completamente opuesto al buscado; convirtiéndose en un lastre burocrático obstaculizando nuestras operaciones, cambiando su orientación y transformándose como meta u objetivos en sí mismos, desvirtuando su concepción original que es la de asistir y apoyar nuestras actividades en pos de nuestros objetivos.
Entonces debemos agregar algunos elementos que actúen de guía o marco de trabajo para la implementación de los sistemas de gestión ya referidos.  Para ello nos apoyaremos en conceptos ya conocidos de la gestión general.  El primero se refiere a la adecuada definición y establecimiento de los objetivos de la empresa, y cuando hablamos de estos objetivos nos deberíamos de referir a aquellos que sirven de guía para nuestras actividades diarias y futuras.  Pero para una adecuada definición de estos objetivos, requeriremos de algo más, lo que nos lleva al concepto clásico de establecer la Visión y Misión de la empresa, base fundamental para la elaboración de las estrategias y procedimientos de ser aplicados tanto en la gestión de la empresa como en la de sus proyectos.  ¿Y cómo se aplica esto que parece más bien un marco teórico?, lo cierto es que su aplicación es prominentemente práctica.  En efecto, la definición de la Visión de la empresa nos establece nuestro ideal, el sueño que perseguimos, el estado de perfección en lo que hacemos, y como tal algo de largo plazo que sirve de guía para apuntar todas nuestras actividades al fin último que aspiramos; en otras palabras, con esto lo que hacemos es establecer el sentido de existencia de nuestro esfuerzo y como tal nos servirá de guía para determinar si lo que estamos haciendo se dirige o no hacia donde queremos llegar; es decir, nos ayudará a discriminar cuáles de nuestras actividades están enfocadas a nuestro objetivo final y cuales no, de tal forma de tomar decisiones acertadas respecto de su implementación o descarte con el propósito de concentrar nuestros esfuerzos y lograr mejores resultados en nuestros emprendimientos.  Siendo que la Visión, es por concepción de largo plazo e idealizada, debemos definir objetivos concretos alineados con ella, y a estos objetivos de mediano y corto plazo se le denomina comúnmente la Misión de la empresa.  En la Misión estableceremos los objetivos que trataremos de alcanzar con nuestras actividades diarias, representan el “qué” queremos lograr dentro del corto y mediano plazo, una vez alcanzados estos objetivos, los renovamos o los actualizamos en alineamiento con la Visión generándose un estado permanente de mejora continua en búsqueda de nuestro objetivo final o ideal.  Entonces, con este último concepto ya nos acercamos a los que hacemos en forma diaria dado que para cumplir con nuestra Misión debemos definir el “cómo” lo haremos, lo que nos lleva a las estrategias operativas y tácticas, que podríamos traducir como los sistemas de gestión y sus procedimientos.
Ahora bien, la Visión también tendría por objetivo el ayudarnos a cubrir los vacíos o contradicciones que se producen entre los diferentes sistemas de gestión o en general cualquier actividad que desarrollemos, porque claramente no es posible definir y escribir todos los detalles; normal y naturalmente se definirán los aspectos más relevantes, sin embargo durante este proceso se pueden quedar elementos fuera de las consideraciones o que sean contradictorios, y para definir y tomar decisiones para resolver estos conflictos deberíamos de apoyarnos en la Visión (también expresada en las políticas de la empresa o en los códigos de ética o conducta según sea el caso).  Por otra parte y siguiendo el enfoque operacional, también deberemos de determinar si nuestras actividades aportan o no valor a la empresa (o sus productos), es decir, si presentan coherencia respecto de lo que perseguimos (nuestra Visión), llegando entonces al segundo concepto que deberíamos de aplicar en esta implementación de los sistemas de gestión; y nos referimos al Análisis de Valor Agregado apoyado en el Análisis de Procesos.
En resumen, para generar una ventaja competitiva sostenible en nuestras operaciones debemos construir una base sólida y consistente mediante la definición coherente de nuestros objetivos a través de la utilización de los conceptos de Visión y Misión; junto con ello debemos de establecer y aplicar Estrategias Operativas (Sistemas de Gestión) y su implementación (Procedimientos) alineados con los conceptos anteriores, esto nos permitirá tomar decisiones respecto de aquellos puntos que presenten vacíos o contradicciones en su utilización, ayudando de esta forma a aumentar la eficacia de nuestros esfuerzos; lo anterior, complementado con la ayuda del Análisis de Valor Agregado, que nos permitirá mantener una implementación eficiente y flexible, aumentando la posibilidad de obtener los mejores resultados posibles en el uso de los sistema de gestión seleccionados.

Referencias:

-    Project Management Institute – PMI® (2009) Guía de los Fundamentos de la Dirección de Proyectos. (PMBOK)® Cuarta Edición en Español y Quinta Edición (2013) en Inglés. Newton Square, PA: Project Management Institute Inc.
-    Steve Arneson (2010) Bootstrap Leadership—50 Ways to Break Out, Take Charge, and Move Up.  San Francisco, CA: Berrett-Koehler Publishers, Inc.

June 4, 2013

VENTAJA COMPETITIVA EN LA CONSTRUCCION (Parte II)

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En el artículo anterior mencioné lo que estimo podrían ser las herramientas principales o básicas para la optimización de nuestros procesos de gestión en vistas a un aumento de eficiencia para crear una ventaja competitiva en nuestra empresa; me refería en lo particular, a la implementación de la Gestión de Proyectos y la Gestión de Calidad Total.  Personalmente pienso que aún queda mucho por hacer respecto de la aplicación de estas herramientas dentro de nuestra industria; no obstante, estos serían los pasos iniciales; en otras palabras, estos dos sistemas de gestión son la base para la implementación de otros que nos permitan seguir desarrollando nuestra competitividad en el mercado de la construcción.  Luego de implementar o junto con la implementación de estos dos sistemas de gestión, que operarían como un sistema nervioso central para el funcionamiento de la organización, requeriremos de otras herramientas que nos lleven al paso siguiente: la movilidad, es decir, la dirección estratégica de nuestras operaciones.  Las nuevas herramientas que podemos utilizar para este último objetivo son la Gestión de Riesgos y la Gestión Contractual, ambas funcionan coordinadamente y nos ayudarán no tan sólo a reforzar nuestra eficiencia operacional, sino que también a darle una orientación hacia nuestros objetivos de empresa en conformidad con la visión de la compañía.
Serían pocas las empresas que tienen implementado un sistema de Gestión de Riesgos, y es algo que se percibe sin mayor esfuerzo, dado que muchas organizaciones cometen en forma frecuente los mismos errores un proyecto tras otro; perdiéndose normalmente en cada oportunidad las lecciones aprendidas, tanto respecto de la solución encontrada a las problemáticas enfrentadas y resueltas como de las buenas o mejores prácticas logradas por los equipos de trabajo, que en muchas ocasiones actúan como equipo sólo en forma temporal; esto se corrige en parte importante con la implementación de la Gestión de Calidad Total, pero una vez que tenemos la información debemos utilizarla en forma proactiva y es en este punto en donde aparece la Gestión de Riesgos.  El objetivo principal de la Gestión de Riesgos será actuar como una herramienta estratégica para mejorar el nivel de competitividad y resultados de la empresa (o de un proyecto), mediante la aplicación de una gestión proactiva sobre las amenazas u oportunidades que tienen influencia sobre el cumplimiento de uno o más objetivos de la empresa (o de un proyecto), para ello utilizará todas las herramientas de gestión a su disposición de tal forma que analizará la información histórica, actual y sus proyecciones para la toma de decisiones que permitan mejorar los resultados mediante la creación de valor en la empresa o proyecto.  La Gestión de Riesgos es parte de la Gestión de Proyectos y requiere de esta última para su correcta operación, no obstante, es necesario otorgar un nivel de importancia y asignación de recursos tal que permita a la empresa obtener el resultado estratégico de la Gestión de Riesgos y no tan sólo el operacional.  En este punto y con el objetivo de reforzar el carácter estratégico es en donde aparece la Gestión Contractual encargándose de hacer que nuestros contratos y compromisos estén conformes con los objetivos de la empresa y tal encargo lo cumple necesaria e indiscutiblemente de la mano con la Gestión de Riesgos.
Muchas son las pérdidas económicas y comerciales que se presentan a causa de la gestión reactiva y desvinculada de los objetivos de la organización.
Pero cómo nos ayudan estas dos nuevas herramientas, la Gestión de Riesgos nos ayudará a evitar caer en pérdidas innecesarias debido a las amenazas a nuestras actividades e incentivar la opción de lograr de asegurar la posibilidad de cumplimiento de nuestros objetivos o aumentar nuestros ingresos mediante el aprovechamiento de las oportunidades.  En ocasiones esto dependerá directamente de nuestras operaciones, pero en nuestro rubro los riesgos también están necesariamente relacionados con el tipo de contrato que tengamos y nuestro alcance, es decir, tendremos mayores o menores amenazas u oportunidades como resultado del tipo de alcance o trabajo a ejecutar y del tipo de contrato bajo el cuál lo realicemos, a modo de referencia: precios unitarios, suma alzada, llave en mano, costo más recargo, etc.; y la Gestión Contractual será la encargada de vincular los contratos con los objetivos de la empresa y con nuestras posibilidades o capacidad de asumir y tomar riesgo.
En resumen, la Gestión de Proyectos y Gestión de Calidad Total nos aportarán las condiciones estratégicas para la implementación de un sistema operacional y funcional que actuará a modo de un sistema nervioso central para la implementación de la Gestión de Riesgos y Gestión Contractual que nos posibilitarán la movilidad estratégica en el cumplimiento de los objetivos de la empresa, y todos estos sistemas de gestión actuando en coordinación, indudablemente representarán una ventaja competitiva para nuestra organización.
(Escrito para BS Grupo el 4 de mayo de 2013.)
Referencias:
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-    Project Management Institute – PMI® (2009) Guía de los Fundamentos de la Dirección de Proyectos. (PMBOK)® Cuarta Edición en Español y Quinta Edición (2013) en Inglés. Newton Square, PA: Project Management Institute Inc.
-    Norma Internacional ISO 31000 (2009)- Gestión de Riesgos – Práctica y Directrices.